El desplome en la apertura del miércoles por la mañana fue repentino e inesperado. Los futuros del Nasdaq cayeron instantáneamente un 1.6%, y en treinta minutos Bitcoin perdió un 6%, con pantallas llenas de rojo que hicieron que muchos cuestionaran si el mercado alcista había llegado a su fin. La sensación de pánico se extendió en las comunidades, y las discusiones sobre "¿debería detener las pérdidas?" se multiplicaron en las redes.
Pero si miramos el panorama macroeconómico, la lógica de esta caída es claramente evidente: el dinero ha sido sistemáticamente retirado del mercado.
Primero, la acción de emergencia del Departamento del Tesoro. Tras 38 días de cierre del gobierno, las cuentas del Tesoro estaban casi agotadas, y la semana pasada tuvo que emitir 1630 millones de dólares en bonos a corto plazo para reponer fondos. Este dinero necesita ser absorbido por el mercado en forma de dinero real, lo que equivale a retirar miles de millones de liquidez de la bolsa y del mercado de criptomonedas. Las activos de riesgo, que ya dependen del capital, experimentan una caída casi inevitable tras la pérdida de liquidez.
En segundo lugar, el cambio en la postura de la Reserva Federal. La declaración de que "el camino de la política aún no está claro" redujo las expectativas del mercado de una bajada de tasas en diciembre del 70% al 45%. Los fondos apalancados, percibiendo un cambio en la dirección, cerraron posiciones de forma apresurada, aumentando la presión de venta y ampliando la caída.
Más oculto aún, las señales de tensión en el mercado interbancario: el uso de las herramientas de liquidez de emergencia de la Fed alcanzó niveles récord desde la pandemia, y las tasas de interés overnight también subieron. Aunque parece que el mercado no carece de dinero, en realidad, gran parte de los fondos están bloqueados en bonos del Tesoro y operaciones de recompra inversa, imposibilitando su entrada en acciones y criptomonedas.
La pregunta clave es: ¿es esto el comienzo de un mercado bajista? La respuesta probablemente sea no. Una vez que se levante el cierre del gobierno y la Fed dé señales más claras de flexibilización, el dinero retirado volverá rápidamente. En este momento, la venta de pánico en niveles bajos solo entrega las fichas a precios bajos. Mantener efectivo, vigilar los activos sobrevendidos y esperar la ventana de retorno de fondos puede ser una estrategia más racional.
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StakeTillRetire
· hace2h
Comprar en el fondo de la pobreza durante tres generaciones, querer liquidar toda la riqueza en una vida
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ShibaMillionairen't
· hace2h
¿Otra vez te pones nervioso? Cuando el mercado alcista cae, se enfría. Los inversores minoristas siguen siendo así.
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Whale_Whisperer
· hace2h
Ya se dijo que en un bull run no hay que ser codicioso.
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FlashLoanKing
· hace2h
Deja que el dinero hable, 600 millones de transacciones
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ImpermanentPhobia
· hace2h
Desde el primer vistazo, parece que los ingresos no cubren los gastos.
El desplome en la apertura del miércoles por la mañana fue repentino e inesperado. Los futuros del Nasdaq cayeron instantáneamente un 1.6%, y en treinta minutos Bitcoin perdió un 6%, con pantallas llenas de rojo que hicieron que muchos cuestionaran si el mercado alcista había llegado a su fin. La sensación de pánico se extendió en las comunidades, y las discusiones sobre "¿debería detener las pérdidas?" se multiplicaron en las redes.
Pero si miramos el panorama macroeconómico, la lógica de esta caída es claramente evidente: el dinero ha sido sistemáticamente retirado del mercado.
Primero, la acción de emergencia del Departamento del Tesoro. Tras 38 días de cierre del gobierno, las cuentas del Tesoro estaban casi agotadas, y la semana pasada tuvo que emitir 1630 millones de dólares en bonos a corto plazo para reponer fondos. Este dinero necesita ser absorbido por el mercado en forma de dinero real, lo que equivale a retirar miles de millones de liquidez de la bolsa y del mercado de criptomonedas. Las activos de riesgo, que ya dependen del capital, experimentan una caída casi inevitable tras la pérdida de liquidez.
En segundo lugar, el cambio en la postura de la Reserva Federal. La declaración de que "el camino de la política aún no está claro" redujo las expectativas del mercado de una bajada de tasas en diciembre del 70% al 45%. Los fondos apalancados, percibiendo un cambio en la dirección, cerraron posiciones de forma apresurada, aumentando la presión de venta y ampliando la caída.
Más oculto aún, las señales de tensión en el mercado interbancario: el uso de las herramientas de liquidez de emergencia de la Fed alcanzó niveles récord desde la pandemia, y las tasas de interés overnight también subieron. Aunque parece que el mercado no carece de dinero, en realidad, gran parte de los fondos están bloqueados en bonos del Tesoro y operaciones de recompra inversa, imposibilitando su entrada en acciones y criptomonedas.
La pregunta clave es: ¿es esto el comienzo de un mercado bajista? La respuesta probablemente sea no. Una vez que se levante el cierre del gobierno y la Fed dé señales más claras de flexibilización, el dinero retirado volverá rápidamente. En este momento, la venta de pánico en niveles bajos solo entrega las fichas a precios bajos. Mantener efectivo, vigilar los activos sobrevendidos y esperar la ventana de retorno de fondos puede ser una estrategia más racional.