La trampa del dinero en el matrimonio de Musk: Lo que Justine debería haber sabido

Siempre me he preguntado cómo sería casarse con un multimillonario. Resulta que no se trata solo de jets privados y mansiones, algo que Justine Musk aprendió por las malas.

Dos meses antes de su boda, Elon hizo el clásico movimiento de un hombre rico. "Oye, cariño, solo firma este pequeño 'acuerdo financiero' que necesita mi junta." No es un prenup, oh no, algo mucho más astuto. Y como muchos de nosotros haríamos cuando estamos cegados por el amor, ella firmó sin leer la letra pequeña.

¡Qué tontería! El hombre valía $100 millones en 2002, y ella básicamente renunció a sus derechos sobre cualquier parte significativa de ello. ¡Todo lo que obtuvo fue su casa después de tener su hijo! Qué generoso de su parte.

Las dinámicas de poder estaban cristalinas cuando declaró en su boda: "Yo soy el alfa en esta relación." Debería haber sido una gran señal de advertencia justo ahí. Nada dice "Te amo" como recordarle a tu nueva esposa que es menos importante.

¿Sabes qué es lo que realmente me enoja? Mientras ella se siente cada vez más aislada en su vida "perfecta" – volando en privado, viviendo en Bel Air – él está construyendo un imperio que ella ayudó a apoyar, pero del cual nunca compartiría realmente.

Su historia me hace pensar en todos los socios que apoyan a los visionarios en su ascenso, pero que son descartados o marginados una vez que llega el éxito. El mundo de la tecnología, especialmente, está lleno de estas historias.

La conciencia financiera es crítica. No me importa cuánto estés enamorado, ¡lee lo que estás firmando! La confianza no significa fe ciega, especialmente cuando miles de millones están potencialmente en juego.

¿La lección? Cuando alguien te muestra quién es antes del matrimonio ("Soy el alfa"), créeles la primera vez. Ninguna cantidad de lujo puede compensar ser tratado como menos que igual en tu propia relación.