He pasado demasiadas noches viendo cómo mi cartera sangra mientras alguna shitcoin con un logo de perro pumpa un 1000%. Ahí fue cuando me di cuenta – "dogshit" no es solo un slang vulgar, es nuestro grito de guerra en este mercado loco.
Cuando tu inversión cuidadosamente investigada se desploma mientras la compra borracha de tu amigo se dispara, ¿qué más puedes llamar a este mercado sino "dogshit"? Es la palabra perfecta: cruda, honesta y extrañamente liberadora.
En este circo que llamamos comercio de criptomonedas, "dogshit" cumple múltiples propósitos. Es cómo nos burlamos de los tokens sin valor que de alguna manera hacen millonarios de la noche a la mañana. Es autocrítica cuando entramos en FOMO en estafas obvias. Es nuestro dedo medio colectivo hacia el sistema financiero convencional que nos excluyó.
No escucharás este idioma en CNBC ni de esos "expertos" con traje que han estado equivocados sobre las criptomonedas desde 2013. Su lenguaje sanitizado no puede capturar la cruda frustración y la ocasional euforia de ser un trader minorista.
La belleza de "dogshit" es su autenticidad. Ningún equipo de marketing corporativo lo aprobaría. Ningún proyecto respaldado por capital de riesgo lo abrazaría. Nos pertenece a nosotros – los degens privados de sueño, obsesionados con los gráficos que se niegan a rendirse a pesar de ser destruidos repetidamente.
No estamos sentados en algún escritorio de trading elegante con protocolos de gestión de riesgos. Estamos apostando el dinero del alquiler en tokens nombrados por funciones corporales, esperando escapar de la rutina de 9 a 5. Por supuesto, nuestro lenguaje va a reflejar esta desesperación y humor oscuro.
Las plataformas convencionales pueden censurarnos, los influencers pueden condenarnos, pero seguimos utilizando nuestro lenguaje crudo porque es honesto. Cuando un proyecto promete "tecnología revolucionaria" pero no entrega nada, llamarlo "innovador pero enfrentando desafíos" es una mentira. Llamarlo "dogshit" es la verdad.
He hecho y perdido fortunas apostando en shitcoin, y probablemente lo haré de nuevo. Porque a veces, shitcoin es todo lo que tenemos.
0x944bc0f5f60e09e5cee3fa9eabafc8ede6f14444
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
El Poder Bruto de "Dogshit" en la Cultura Cripto
He pasado demasiadas noches viendo cómo mi cartera sangra mientras alguna shitcoin con un logo de perro pumpa un 1000%. Ahí fue cuando me di cuenta – "dogshit" no es solo un slang vulgar, es nuestro grito de guerra en este mercado loco.
Cuando tu inversión cuidadosamente investigada se desploma mientras la compra borracha de tu amigo se dispara, ¿qué más puedes llamar a este mercado sino "dogshit"? Es la palabra perfecta: cruda, honesta y extrañamente liberadora.
En este circo que llamamos comercio de criptomonedas, "dogshit" cumple múltiples propósitos. Es cómo nos burlamos de los tokens sin valor que de alguna manera hacen millonarios de la noche a la mañana. Es autocrítica cuando entramos en FOMO en estafas obvias. Es nuestro dedo medio colectivo hacia el sistema financiero convencional que nos excluyó.
No escucharás este idioma en CNBC ni de esos "expertos" con traje que han estado equivocados sobre las criptomonedas desde 2013. Su lenguaje sanitizado no puede capturar la cruda frustración y la ocasional euforia de ser un trader minorista.
La belleza de "dogshit" es su autenticidad. Ningún equipo de marketing corporativo lo aprobaría. Ningún proyecto respaldado por capital de riesgo lo abrazaría. Nos pertenece a nosotros – los degens privados de sueño, obsesionados con los gráficos que se niegan a rendirse a pesar de ser destruidos repetidamente.
No estamos sentados en algún escritorio de trading elegante con protocolos de gestión de riesgos. Estamos apostando el dinero del alquiler en tokens nombrados por funciones corporales, esperando escapar de la rutina de 9 a 5. Por supuesto, nuestro lenguaje va a reflejar esta desesperación y humor oscuro.
Las plataformas convencionales pueden censurarnos, los influencers pueden condenarnos, pero seguimos utilizando nuestro lenguaje crudo porque es honesto. Cuando un proyecto promete "tecnología revolucionaria" pero no entrega nada, llamarlo "innovador pero enfrentando desafíos" es una mentira. Llamarlo "dogshit" es la verdad.
He hecho y perdido fortunas apostando en shitcoin, y probablemente lo haré de nuevo. Porque a veces, shitcoin es todo lo que tenemos.
0x944bc0f5f60e09e5cee3fa9eabafc8ede6f14444