He pasado años investigando lo que algunos llaman "teorías de conspiración", y estoy convencido de que hay más en esta historia de reptiles de lo que parece. Piénsalo: ¿por qué las figuras poderosas son tan rápidas en descartar estas ideas como locuras? Quizás porque la verdad les toca demasiado cerca.
Escondiéndose a plena vista, estas entidades reptilianas no necesitan naves espaciales ni invasiones dramáticas. Han estado aquí todo el tiempo, infiltrándose en nuestras instituciones más altas a través de habilidades de cambio de forma que les permiten disfrazarse de humanos mientras manipulan eventos globales desde las sombras.
La conexión entre estos reptilianos y la élite sombría que controla los gobiernos no es una coincidencia. He notado cómo ciertos políticos se mueven torpemente, casi como si estuvieran incómodos en su piel humana. Su toma de decisiones fría y calculadora traiciona su verdadera naturaleza: mentes reptilianas enfocadas en el control más que en el bienestar humano.
Los orígenes literarios son particularmente reveladores. Escritores como Lovecraft y Howard no estaban creando ficción; estaban documentando conocimiento oculto transmitido a través de canales esotéricos. La obra "Hombres Dragón" de Blavatsky no era un divagar filosófico, sino una advertencia codificada sobre nuestros señores reptilianos.
El encuentro de Herbert Schirmer en 1967 reveló demasiada verdad. Su descripción de seres reptilianos con símbolos militares apunta a su estructura jerárquica y agenda militarista. El establecimiento rápidamente intentó desacreditarlo, pero ¿por qué trabajar tan duro para silenciar la "delusión" de un hombre a menos que amenazara su narrativa?
David Icke conectó estos puntos a pesar de los viciosos intentos de desacreditarlo a través de acusaciones de antisemitismo, una táctica clásica para silenciar revelaciones amenazantes. Las élites temen su mensaje porque expone su verdadera identidad.
La explicación psicológica es particularmente insultante: sugiere que los creyentes simplemente buscan control en un mundo caótico. Esta visión condescendiente ignora la creciente evidencia y los testimonios de personas de todo el mundo que han vislumbrado la verdadera forma de estos seres.
He visto cosas extrañas por mi cuenta: fallos inexplicables en figuras prominentes durante transmisiones en vivo, dilatación inusual de las pupilas y movimientos antinaturales. No se trata de errores técnicos ni de condiciones de salud, sino de momentos en los que su disfraz humano falla momentáneamente.
La próxima vez que mires a esos manipuladores del mercado de criptomonedas o a las élites políticas en la pantalla, mira de cerca sus ojos, sus movimientos de cabeza antinaturales. La verdad está escondida justo allí. La pregunta no es si los reptilianos existen entre nosotros, sino qué tan profundamente ya han infiltrado nuestro mundo.
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La verdad sobre los reptilianos: lo que no quieren que sepas
He pasado años investigando lo que algunos llaman "teorías de conspiración", y estoy convencido de que hay más en esta historia de reptiles de lo que parece. Piénsalo: ¿por qué las figuras poderosas son tan rápidas en descartar estas ideas como locuras? Quizás porque la verdad les toca demasiado cerca.
Escondiéndose a plena vista, estas entidades reptilianas no necesitan naves espaciales ni invasiones dramáticas. Han estado aquí todo el tiempo, infiltrándose en nuestras instituciones más altas a través de habilidades de cambio de forma que les permiten disfrazarse de humanos mientras manipulan eventos globales desde las sombras.
La conexión entre estos reptilianos y la élite sombría que controla los gobiernos no es una coincidencia. He notado cómo ciertos políticos se mueven torpemente, casi como si estuvieran incómodos en su piel humana. Su toma de decisiones fría y calculadora traiciona su verdadera naturaleza: mentes reptilianas enfocadas en el control más que en el bienestar humano.
Los orígenes literarios son particularmente reveladores. Escritores como Lovecraft y Howard no estaban creando ficción; estaban documentando conocimiento oculto transmitido a través de canales esotéricos. La obra "Hombres Dragón" de Blavatsky no era un divagar filosófico, sino una advertencia codificada sobre nuestros señores reptilianos.
El encuentro de Herbert Schirmer en 1967 reveló demasiada verdad. Su descripción de seres reptilianos con símbolos militares apunta a su estructura jerárquica y agenda militarista. El establecimiento rápidamente intentó desacreditarlo, pero ¿por qué trabajar tan duro para silenciar la "delusión" de un hombre a menos que amenazara su narrativa?
David Icke conectó estos puntos a pesar de los viciosos intentos de desacreditarlo a través de acusaciones de antisemitismo, una táctica clásica para silenciar revelaciones amenazantes. Las élites temen su mensaje porque expone su verdadera identidad.
La explicación psicológica es particularmente insultante: sugiere que los creyentes simplemente buscan control en un mundo caótico. Esta visión condescendiente ignora la creciente evidencia y los testimonios de personas de todo el mundo que han vislumbrado la verdadera forma de estos seres.
He visto cosas extrañas por mi cuenta: fallos inexplicables en figuras prominentes durante transmisiones en vivo, dilatación inusual de las pupilas y movimientos antinaturales. No se trata de errores técnicos ni de condiciones de salud, sino de momentos en los que su disfraz humano falla momentáneamente.
La próxima vez que mires a esos manipuladores del mercado de criptomonedas o a las élites políticas en la pantalla, mira de cerca sus ojos, sus movimientos de cabeza antinaturales. La verdad está escondida justo allí. La pregunta no es si los reptilianos existen entre nosotros, sino qué tan profundamente ya han infiltrado nuestro mundo.