El Bitcoin es esencialmente un activo escaso, aunque no será estable y no puede mantener un valor de 1:1 con el dólar como lo hace una moneda estable. Pero su valor radica en: no puede ser impreso descontroladamente por el gobierno, no depende de la intervención del Banco Central, es de uso global y es resistente a la censura y a la inflación.

Estas características lo convierten en oro digital, en lugar de una herramienta de pago.

Ya hay países como El Salvador que están utilizando Bitcoin como reserva del tesoro, al igual que los Bancos Centrales mantienen oro, como un activo de cobertura.

Una de las formas es: utilizar Bitcoin como capa de liquidación subyacente (Capa 1), y luego superponer la Lightning Network o una cartera de moneda estable para manejar los pagos cotidianos monetizados.

También puede actuar como colateral para los bonos del gobierno o activos de seguro soberano, convirtiéndose en un "ancla de crédito" para el sistema financiero global. Estas tres rutas tienen casos en curso.

Si se dice que Bitcoin es el oro digital, su desventaja es que es demasiado lento, demasiado caro y no puede realizar pagos de bajo monto y alta frecuencia. Esta es también la razón por la cual BTC debe ser la capa de liquidación, y encima de ella debe estar la Capa 2, que es la clave para que BTC se convierta realmente en "moneda utilizable".