Durante las vacaciones del Primero de Mayo, el mercado de acciones A en China cerró, pero los mercados globales protagonizaron una "montaña rusa extrema": el mercado de valores de EE. UU. subió durante 7 días a pesar de las advertencias de recesión económica, con Microsoft aumentando un 8% en un solo día; el oro cayó 100 dólares en 12 horas, y los comerciantes chinos "se fueron" como desencadenante; Arabia Saudita apenas respaldó el petróleo crudo, y el precio del petróleo cayó por debajo de 60 dólares; Bitcoin aprovechó para volver a los 96,000 dólares, dirigiéndose a la barrera de 100,000... Detrás de todo este caos, hay tres lógicas locas: las malas noticias son buenas noticias (cuanto peor es la economía, más probable es que la Reserva Federal baje las tasas de interés, y las acciones tecnológicas se descontrolan), las amas de casa chinas dejaron de jugar con el oro y comenzaron a comerciar con criptomonedas (el día de la caída del oro, los grandes inversores en Bitcoin aumentaron sus posiciones en más de 1,000 millones de dólares), y Arabia Saudita y EE. UU. están en una actuación conjunta (mientras gritan sobre la reducción de producción, secretamente aumentan la producción). En esta gran huida de capitales global, ¿quién está cosechando a quién?
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Durante las vacaciones del Primero de Mayo, el mercado de acciones A en China cerró, pero los mercados globales protagonizaron una "montaña rusa extrema": el mercado de valores de EE. UU. subió durante 7 días a pesar de las advertencias de recesión económica, con Microsoft aumentando un 8% en un solo día; el oro cayó 100 dólares en 12 horas, y los comerciantes chinos "se fueron" como desencadenante; Arabia Saudita apenas respaldó el petróleo crudo, y el precio del petróleo cayó por debajo de 60 dólares; Bitcoin aprovechó para volver a los 96,000 dólares, dirigiéndose a la barrera de 100,000... Detrás de todo este caos, hay tres lógicas locas: las malas noticias son buenas noticias (cuanto peor es la economía, más probable es que la Reserva Federal baje las tasas de interés, y las acciones tecnológicas se descontrolan), las amas de casa chinas dejaron de jugar con el oro y comenzaron a comerciar con criptomonedas (el día de la caída del oro, los grandes inversores en Bitcoin aumentaron sus posiciones en más de 1,000 millones de dólares), y Arabia Saudita y EE. UU. están en una actuación conjunta (mientras gritan sobre la reducción de producción, secretamente aumentan la producción). En esta gran huida de capitales global, ¿quién está cosechando a quién?