Atraer a los desarrolladores internacionales de DeFi a Estados Unidos favorecerá la construcción de un ecosistema DeFi más sólido, cumpliendo la normativa y competitivo.
Hoy nos sumergimos en un asunto que está sacudiendo a la comunidad cripto: la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) ha relajado finalmente su postura tradicionalmente restrictiva sobre las finanzas descentralizadas (DeFi). En la mesa redonda “DeFi y el espíritu estadounidense”, celebrada el 9 de junio (UTC), la SEC anunció por primera vez que trabaja en una exención para la innovación dirigida especialmente a DeFi. El mercado reaccionó con entusiasmo y varios tokens DeFi experimentaron importantes subidas tras el anuncio.
Como abogada especializada en Web3, he visto incontables proyectos desplomarse por la incertidumbre regulatoria. ¿Podrá este cambio representar un verdadero punto de inflexión para el ecosistema DeFi?
El presidente de la SEC, Paul Atkins, declaró sin rodeos en el evento: “Los principios fundamentales de DeFi están estrechamente ligados a los valores fundacionales de Estados Unidos, como la libertad económica y los derechos de propiedad privada”. Atkins defendió la autocustodia de activos digitales y reconoció la importancia clave de blockchain para facilitar transacciones financieras sin intermediarios. La exención para la innovación que propuso permite un acceso rápido de los proyectos DeFi, permitiendo que aquellos que cumplan los requisitos regulatorios básicos entren en el mercado y puedan operar con mayor agilidad. Es relevante señalar que el 5 de septiembre, la SEC y la Commodity Futures Trading Commission (CFTC) emitieron un comunicado conjunto instando a la coordinación regulatoria. Este paso desde una supervisión fragmentada hacia la colaboración interagencias supone una revolución para el marco regulatorio del cripto en EE. UU.
Como abogada, siempre enfoco mi análisis en el “límite de cumplimiento”. Estas señales prometedoras revelan un giro esencial en la regulación cripto estadounidense: DeFi ha dejado de ser un área gris regulatoria.
En primer lugar, este cambio normativo representa una clara ventaja para los innovadores. La exención para la innovación permitiría que plataformas realmente descentralizadas eviten el registro de valores, limiten la complejidad de los procesos de información y auditoría, y reduzcan drásticamente las barreras de entrada. Esta posición reforzada puede estimular la entrada de inversión institucional en DeFi. Para los equipos y desarrolladores de China, se abren nuevas vías para la colaboración entre Estados Unidos y China. El alivio regulatorio impulsará una transformación estructural en todo el ecosistema DeFi.
En segundo lugar, una protección reforzada al inversor fomenta la confianza en el mercado. Entre abril y junio de 2025 (UTC), el Grupo de Trabajo de Criptoactivos de la SEC celebró cuatro mesas redondas públicas sobre negociación de criptomonedas, custodia, tokenización y DeFi. Bajo el liderazgo de la comisaria Hester Peirce, estos encuentros abiertos al público se presentaron como un impulso urgente hacia la claridad regulatoria, reflejando la evolución de la SEC desde una postura confrontativa hacia una cooperación creciente. El enfoque de la SEC en una regulación de calidad alta protege a los usuarios de DeFi y ayuda a mitigar el riesgo de estafas. Atkins volvió a defender el derecho individual a gestionar la propiedad privada y manifestó su apoyo a la participación mediante transacciones on-chain con cartera, subrayando que los proyectos DeFi no se consideran valores y deben ocupar un espacio propio en el sistema financiero. Siguiendo una analogía aeronáutica, los proyectos DeFi han sido como aviones sin rutas, algunos logran despegar y encontrar su camino, otros siguen a la espera. La regulación coordinada entre SEC y CFTC sería como fijar rutas aéreas y levantar aeropuertos: cada avión aterriza donde corresponde, pero todos permanecen en curso. Dicho esto, los detalles de la exención aún están por concretarse y persisten retos, así que conviene que los equipos de proyectos actúen con cautela.
En tercer lugar, la política aclara que los desarrolladores de software no deben cargar con la culpa por usos indebidos y ayuda a establecer límites jurídicos claros. Atkins comparó la situación con la de los ingenieros de coches autónomos. Explicó que los desarrolladores no deben asumir responsabilidad por la forma en que otros utilizan su código, trasladando así la obligación del creador al usuario. Quienes desarrollan herramientas de autocustodia o privacidad no deberían ser responsables solo porque su software pueda usarse con fines ilícitos. La comisaria Peirce estuvo de acuerdo, remarcando que publicar código es diferente de ejecutar operaciones financieras. No obstante, advirtió que las organizaciones centralizadas no pueden escudarse en el término “descentralizado” para esquivar la supervisión. La SEC parece adoptar un enfoque regulador neutral respecto a la tecnología.
Por último, una mayor claridad sobre la normativa de staking y minería alivia las dudas de cumplimiento. La División de Finanzas Corporativas de la SEC confirmó que la minería proof-of-work (PoW) y el staking proof-of-stake (PoS) no son considerados, por sí solos, operaciones con valores. Esta posición tranquilizó a responsables de proyectos, mineros y validadores. El mercado respondió con notables subidas en proyectos centrados en staking, confirmando la recuperación de la confianza institucional en estos ecosistemas.
Estos avances no son fortuitos. Los comisarios republicanos de la SEC han defendido de manera constante reformas favorables a cripto, y la propuesta de “puerto seguro” de la comisaria Peirce gana terreno en el Congreso. El mercado ha respondido de forma positiva, interpretando este giro como un alejamiento de políticas punitivas centradas en la vigilancia y el castigo, apostando por el diálogo abierto y una regulación inclusiva y estructural.
Si llega a implementarse la exención para la innovación, la industria DeFi estadounidense podrá dejar atrás la ambigüedad normativa, permitiendo que los equipos desarrollen tecnología y modelos empresariales dentro de un marco legal definido. Esto no solo beneficiará a los proyectos nacionales, también atraerá a los desarrolladores globales de DeFi de vuelta a Estados Unidos, contribuyendo a consolidar un ecosistema de finanzas descentralizadas más robusto, cumpliendo la normativa y competitivo.
El respaldo de los comisarios republicanos de la SEC revela la intención de los reguladores de comprender la naturaleza de DeFi y adaptar las leyes en consecuencia. Para el conjunto del sector cripto, este giro supone algo más que una reforma regulatoria: puede redefinir la innovación, la responsabilidad y la libertad. Tras años de crecimiento acelerado y ausencia de seguridad regulatoria para DeFi, las reformas recientes de la SEC abren nuevas expectativas para la convergencia con las finanzas tradicionales y una madurez sostenible del sector.