La tarde del 17 de noviembre de 2025, DappRadar, una plataforma que había dado servicio al sector durante casi ocho años, anunció que cerraría de forma gradual sus servicios y dejaría de monitorizar datos de blockchain y DApp.
Hay un dicho: “Un solo grano de arena de una época puede convertirse en una montaña cuando cae sobre una persona”. No se puede describir mejor la trayectoria de DappRadar. Nacida en plena expansión de la narrativa “blockchain está muerta”, DappRadar creció a la par que Web3 desde su origen hasta su madurez, aunque finalmente no logró sobrevivir a la vorágine de cambios del sector. La marcha de productos tan icónicos de una era me recuerda las palabras del CEO de Nokia al cierre de la rueda de prensa de la adquisición por parte de Microsoft hace 11 años:
“No hicimos nada mal, pero aun así, perdimos”.
Muchos recién llegados a Web3 quizá no sepan que DappRadar fue en su día una fuente de datos clave y de referencia. Además de ser citada por CoinDesk y por medios chinos de Web3, medios occidentales de primer nivel como Bloomberg, Forbes o la BBC hacían referencia con frecuencia a los datos de DappRadar.

DappRadar era vista como una autoridad porque, antes de que plataformas especializadas como Nansen, Arkham y DefiLlama o herramientas de marketing Web3 como Cyber y Kaito se hicieran populares, era el portal principal de todos los proyectos DApp. Su listado exhaustivo de proyectos aportaba a sus datos una integridad y credibilidad inigualables, lo que la convertía en la opción preferida para quienes necesitaban información rápida sobre nuevos proyectos.
Skirmantas Januskas, cofundador de DappRadar, es de Lituania. A diferencia de muchos líderes del sector que desempeñan varios papeles, él se ha dedicado exclusivamente a DappRadar desde febrero de 2018. Antes, trabajó brevemente como desarrollador de software en NFQ. El otro cofundador, Dunica Dragos, había trabajado en operaciones en la multinacional americana de videojuegos EA y, tras fundar DappRadar, se volcó también por completo en el proyecto.
DappRadar culminó dos rondas de financiación. En la ronda semilla de septiembre de 2019, recibió 2,23 millones de dólares de Naspers, Blockchain Ventures y Angel Invest Berlin. Cabe destacar que Naspers es el conglomerado mediático sudafricano que adquirió el 46,5 % de Tencent por 32 millones de dólares en 2001 a Richard Li, IDG y otros. En mayo de 2021, DappRadar recaudó 4,94 millones de dólares en una Serie A de Blockchain.com Ventures, Prosus Ventures y NordicNinja VC.
He encontrado un registro de una entrevista con Skirmantas Januskas tras la ronda de financiación de 2019. En aquel momento, el sector Web3 atravesaba su mayor crisis, pero Skirmantas seguía confiando en que, si se resolvían la experiencia y la demanda de los usuarios, “las aplicaciones centralizadas serían cosa del pasado”.

Ya en 2019, este apasionado recién llegado compartía su visión sobre DeFi y gaming, sectores que luego serían protagonistas en 2021. Aunque DefiLlama lideró el mercado de datos DeFi, el enfoque integral de DappRadar y su apuesta por NFT, GameFi y metaverso le permitieron alcanzar millones de usuarios en su punto álgido. Incluso proyectos pequeños sin presencia en Twitter tenían su DAU monitorizado en DappRadar, oscilando entre 0 y 3.
Si hay que buscar una razón para el fracaso de DappRadar, sería su excesiva orientación cripto-nativa y la falta de atención a la comercialización.
A día de hoy, si entras en la web de DappRadar, verás categorías que mantiene desde el principio: gaming, DeFi, NFT, gambling, además de secciones más recientes como IA, RWA y social. Pero no aparecen tendencias como las meme coins. Por eso Skirmantas se ganó la etiqueta de recién llegado: seguía publicando informes trimestrales detallados sobre NFT y rastreando airdrops poco conocidos, pero rara vez captaba las tendencias más populares del sector.
En los últimos dos años, DappRadar fue probablemente la única plataforma que cubría todos los sectores y proyectos long-tail de Web3. Sin embargo, su enfoque seguía centrado en ese long-tail.

Ese empeño por el profesionalismo aportó material de calidad a Bloomberg y Forbes, pero apenas generó valor comercial. Tras la ronda de financiación de 2021, DappRadar lanzó el token RADAR, pero aparte de las suscripciones Pro, el staking y las votaciones, no ofrecía usos atractivos y bloqueó de hecho la mejor vía de ingresos por suscripción de la plataforma.
La gran cobertura de proyectos que forjó la reputación de DappRadar acabó siendo una carga. Su cobertura DeFi no podía competir con DefiLlama, su información de tokens iba por detrás de CoinMarketCap y su investigación no tenía la profundidad de Bankless. Incluso en su punto fuerte—los NFT—se había estancado. DappRadar era consciente de estos problemas y empezó a buscar la comercialización, ofreciendo datos premium vía API y vendiendo espacios publicitarios.
Tras la ronda de 2021, DappRadar aguantó otros cuatro años. Aunque consiguió monetizar parte del tráfico, los ingresos no bastaron para cubrir el coste de escalar los datos. Desde 2023, pese al crecimiento del mercado, pocos proyectos contaban con grandes presupuestos y la mayor parte del gasto se destinó a influencers, exchanges y nuevas plataformas. DappRadar tuvo cada vez más dificultades para sostenerse y quedó rezagada.
Como ya se ha señalado, su cobertura era demasiado long-tail. Para muchos proyectos, era prácticamente imposible saber qué usuarios consultarían los datos de DappRadar. Al principio, era una vía para descubrir nuevos proyectos. Con la madurez del sector, aparecieron mejores canales para investigar los pocos “proyectos de calidad”. DappRadar dejó de ser la opción natural.
Comparada con la web limpia de hace años, la DappRadar actual resulta caótica y fragmentada. Esto refleja la sobrecomercialización y el afán de “no dejar piedra sin remover” presente en su carta de despedida. Sin apoyo continuado ni financiación ilimitada, DappRadar debía priorizar el contenido y dosificar la publicidad. Su férrea apuesta por el profesionalismo—o “purismo”—y la sobrecarga de contenidos y anuncios pusieron de manifiesto sus deficiencias operativas.
Más allá de sus propios retos, gestionar una plataforma de datos e información Web3 es, en esencia, una tarea muy compleja. El auge de los datos multichain ha disparado los costes de indexación y servidores. Aunque la demanda de datos de calidad es muy alta, la disposición a pagar es mínima. Sin fuentes de ingresos alternativas, depender de publicidad y ventas de API conlleva una competencia feroz, más saturación de anuncios y un empeoramiento de la experiencia de usuario: una senda hacia el declive.
Los siete años de recorrido de DappRadar resumen los retos clásicos de la comercialización para este tipo de plataformas: alto valor, baja monetización, costes rígidos y cambios de mercado vertiginosos. El cierre de DappRadar es una dura lección para otros: si tu modelo de negocio no es sostenible desde el primer día, ni los datos más fiables pueden evitar el declive.





