La verdad, el desenlace de la sesión de hoy ya estaba escrito en el momento de la apertura.

Cuando puse las órdenes en la preapertura aún me preguntaba si habría algún giro, pero no habían pasado ni cinco minutos desde el inicio cuando el software de cotización se tiñó de rojo: más de cuatro mil valores cayendo. Viendo la línea blanca por debajo de la amarilla en el gráfico intradía, ese sabor me resulta demasiado familiar: la misma jugada de siempre, suben unos cuantos valores de peso para aparentar, y las acciones temáticas y de baja capitalización caen a su antojo.

En momentos así, hablar de “comprar en el suelo” o de “aprovechar las caídas para posicionarse” es engañarse a uno mismo. Con el ánimo del mercado tan deteriorado, aunque surjan algunos rebotes puntuales durante la sesión, no cambian el entorno general. La apertura decide la suerte del día, no es una broma.

De diciembre ya lo dije hace tiempo: no esperéis grandes sorpresas. Y así está siendo. El mercado parece un reloj sin cuerda, ni ganas de moverse. El dinero está a la espera, los minoristas sufren, y cada día vemos al índice moverse con desgana de un lado para otro.

¿La mejor estrategia en esta fase? Controlarse. Si tienes mucha posición, tómatelo como un espectáculo y espera a que el sentimiento del mercado toque fondo. Si realmente hay un desplome, cuando aparezca el pánico, puedes plantearte arriesgar una pequeña posición para rebotar. Pero si seguimos con este goteo lento, sin grandes movimientos, mejor no hacer nada, porque entrar y salir solo hará que las pérdidas sean mayores.

**Destaco un riesgo que muchos aún no han notado.**

Las microcaps, esas acciones de baja capitalización que este año se dispararon, ahora mejor mantenerse alejados. Todos los años, por estas fechas, pasa lo mismo: la liquidez se estrecha y las microcaps, elevadas por fondos cuantitativos, sufren un riesgo de liquidez concentrado. Puede que tu acción aún esté arriba, pero cuando quieras vender, puede que la demanda desaparezca de golpe. No es alarmismo, es el guion habitual de cada fin y principio de año.

Las firmas cuantitativas hacen balance y reajustan carteras a final de año, y muchas microcaps reciben ventas concentradas. Si los minoristas aguantan dentro, es probable que se queden con la peor parte. Así que mejor salir ahora, no confiarse.

Sobre la sesión de hoy, algunos detalles a comentar.

Lideraron el avance los valores de litio y robótica. La razón es sencilla: anoche en Wall Street el sector de robótica subió fuerte, dicen que Trump quiere lanzar alguna política industrial sobre robótica. Así que hoy el dinero en A-share siguió la corriente, sin ninguna lógica propia.

Este es el mayor problema del mercado ahora: o se sigue cualquier rumor, o se copia lo que hace Wall Street. No hay tendencia propia, por eso muchos ven difícil encontrar oportunidades.

En este entorno, perseguir subidas es regalar el dinero. Es mejor vigilar los valores que uno conoce, entrar si caen mucho y salir rápido en el rebote, sin pensar en “gran visión” o “mantener a largo plazo”. No es momento para grandes estrategias, si se araña algo en el corto plazo ya es bastante.

Si entraste en valores calientes y hoy estás atrapado, no vendas a la desesperada—salvo que hayas entrado justo en el último pico. Si llevas mucho tiempo dentro, vender en mínimos no tiene sentido, pero si compraste alto recientemente, hay que asumir pérdidas y salir, sin esperar milagros para mañana.

**En cuanto al índice, no soy especialmente pesimista.**

El margen para caer mucho más es limitado, pero tampoco habrá rebotes claros. Esto seguirá así, hasta que todos pierdan la paciencia y entonces quizá llegue el giro.

¿Por qué este desgaste? Por un lado, la escasez de liquidez de fin de año, los grandes fondos ya están de vacaciones y solo quedan los especuladores y los cuantitativos. Lo peor es que cada día salen más anuncios de grandes accionistas vendiendo, y eso daña la confianza de manera persistente.

Diciembre es un período de liberación de riesgos: limpiar el exceso de burbujas y ajustar carteras para que la temporada de primavera pueda arrancar. Ahora estamos en la oscuridad antes del amanecer; hay que aguantar, aunque sea duro.

Por último, el sector de las casas de bolsa.

Si hoy hay alguna esperanza, probablemente dependa de que las casas de bolsa tiren del carro. No es que vayan a hacerte ganar dinero, pero cada vez que el ánimo de mercado está en mínimos, se necesita que las casas de bolsa suban para animar el ambiente. Es su función, para salvar la situación.

Pero no esperes rebotes sostenidos en este sector. A corto plazo puede haber un punto de inflexión, estabilizar el ánimo, y luego volverá la calma. Si ves movimientos bruscos en el sector, no te lances de cabeza; aprovecha la subida y la mejora del sentimiento para observar si otros sectores reaccionan.

En resumen, ahora es momento de paciencia y disciplina. Si no te adaptas a este ritmo y quieres operar cada día, lo más probable es que pierdas dinero. Controla tus impulsos, vigila tus valores y espera la oportunidad—esas nueve palabras son la estrategia más útil para lo que viene.